jueves, 5 de septiembre de 2013

El Gato (Marjara)

Llegó Septiembre y es momento de desesperezarse, estirar todos nuestros músculos, sacudirnos ese letarguillo del calor y del verano y ponernos en marcha.

He tenido la inmensa suerte de poder hacer Yoga estos meses de Julio y Agosto al aire libre, en un parque, rodeada de un grupo de personas geniales y todos encantados de disfrutar de césped, árboles, brisa... una gozada vamos. Y ahora entramos en la etapa del inicio del cole y de vuelta a nuestro Yoga en casa con mi Cucolinet y mis Cucos ;^D.

Para comenzar, vamos a estirarnos y flexibilizarnos como lindos minimos, emulando a Piolín con su "creí ver a un lindo gatito". Así que vamos a jugar con los peques a ser mimosos gatitos y podemos bajar a su nivel, ponernos a cuatro patas, maullar, ronronear, pedir caricias (eso es lo mejor, jejeje). Pero también en el juego podemos pasearnos antes o después de estirarnos y gatear un poco que es muy sano y casi casi se nos habrá olvidado a los adultos. Los más peques, los que todavía gateen, seguro que se lo pasan bomba al ver a su mamá o su papá gateando como ellos.

Una de las cosas que más llaman la atención de los gatos (aunque particularmente a mí me llaman la atención muuuuchas cosas), es como arquean su espalda, su columna, que en los animales también se denomina "raquis". ¡¡¡Tienen una flexibilidad impresionante!!!. Pues para hacer El Gato justo haremos eso, flexibilizar nuestra columna.  Y ¿cómo?, pues fijándonos en el gato, que cuando se enfada y se "estufarra" todo, jajaja, se arquea hacia arriba metiendo el ombligo y la cabeza (también cuando se pone muy cariñosón, que doy fe de ello con mi gato). Y después también cuando se estira, hace lo contrario, mete el lomo hacia adentro, llevando el ombligo al suelo y levantando la cabecita y la colita.

Pero vamos a ir poco a poco y paso a paso:

Nos ponemos a gatas con rodillas y manos en el suelo. Manos separadas el ancho de los hombros y rodillas separadas el ancho de las caderas. Espalda recta.

Cuando tomamos aire, curvamos la espalda llevando el ombligo al suelo y levantando el culete y y la cabeza.

Al expulsar el aire y muy despacio, levantamos hacia arriba como los gatos, metiendo la cabeza y el culete hacia abajo, como si quisiéramos juntar por debajo cabeza y culete, jejeje.

Todo esto se hará muuuuuuy lentamente porque nos estamos estirando disfrutando de ese estiramiento, como los gatitos. Además debemos llevarlo con la respiración, como todo en Yoga ¿si? (ya sabéis que los peques irán más por libre, pero con el tiempo irán cogiendo todo esto y nos sorprenderán).

Para ilustrar un poquito, pues ya sabéis, he hecho un dibujito con mis Cucos, pero también se coló un lindo gatito y la mamá Cuco le está "parando los pies" porque no sabe exactamente cuáles son sus intenciones; y mientras Cucolinet termina con sus estiramientos gatunos, ella está ojo avizor, como la gran madraza que es.



En cuanto a los beneficios pues, flexibilizar la columna sin lugar a dudas, además de aumentar la circulación sanguínea, relajar el corazoncito y alinear los órganos de nuestro cuerpo que con estos suaves movimientos y estiramientos se van haciendo más cómodo su huequito.

2 comentarios:

  1. Me había saltado este post!! Me flipa el dibujo, jajajaja!
    Muas!

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